Descripción
Es posible que al llegar a leer hasta aquí, algún Jefe de Tropa piense: “convengo, desde luego, que el Sistema de Patrulla es el mejor método a emplear y estoy persuadido de que las mejores Tropas estarán de completo acuerdo con esta idea; pero en razón de las excepcionales circunstancias en que me encuentro, es impracticable adoptar el Adiestramiento por Patrulla en mi propia Tropa”. El uno hará valer las particularidades de sus muchachos, su excepcional inconstancia o su desesperante torpeza. Otro Jefe de Tropa alegará el alejamiento de sus domicilios y la dificultad de reunirse, especialmente en las tardes de invierno. Habrá algún Jefe de Tropa que argumente que no tiene Subjefe de Tropa, y otro lo encontrará imposible porque tiene esposa y tres hijos y tiene que trabajar hasta tarde en la oficina.
Sin embargo, hay que recordar este punto: no hay Tropa, ya sea de la ciudad o del campo, que reúna todas las condiciones favorables a la aplicación del Sistema, tal como lo delineó el Fundador. Podemos admitir al momento que no ha habido Jefe de Tropa que, trabajando con muchachos extraordinarios bajo condiciones poco comunes, no haya encontrado dificultades peculiares al aplicar el Sistema. El Movimiento en sí mismo es algo muy especial (peculiarmente inspirador), y para alcanzar éxito se requiere una ayuda especial y métodos originales de adiestramiento y de organización. Estos medios quedan resumidos bajo el encabezado: “El Sistema de Patrulla”.
Algún Jefe dirá aun: Creo en este sistema de adiestramiento, pero vengo dirigiendo mi Tropa de otro modo desde hace dos o tres años y no es posible hacer un cambio ahora”. “Si pudiera principiar de nuevo, sería diferente”. Este argumento está desprovisto de todo valor, y nunca es tarde para obrar bien, sobre todo con jóvenes de espíritu propicio a toda buena influencia. Repetimos por otra parte que el Sistema de Patrulla no es un método teórico; está basado en experiencias que prueban que la educación del muchacho no se conseguirá por la imposición de una voluntad extraña si no se cuenta con su consentimiento entusiasta. Se podrá imponer un uniforme; pero sólo una adhesión voluntaria, por el corazón y el espíritu del muchacho, permitirá que la educación de éste alcance plenos resultados. En otras palabras, hay que leer “Escultismo para Muchachos”, desde el punto de vista del joven.
El modo de principiar el Sistema de Patrulla es teniendo una plática con los muchachos acerca de la idea de la Patrulla como una unidad completa, y después, sin pérdida de tiempo, estableciendo la Corte de Honor y las Competencias de Patrulla como dos instituciones permanentes de la Tropa. Los progresos siguientes vendrán por sí mismos.