Descripción
Es una sensación de falta de estabilidad en el espacio, rotatoria, que suele ir acompañada de nauseas, vómitos, y falta de estabilidad para andar. Es como si las cosas del entorno, el suelo y todo lo situado alrededor dieran vueltas o no estuvieran quietos.
Causas
Son diversas pudiendo ser por afectación del laberinto (que es un órgano del equilibrio que se encuentra en el oído interno) y en este caso es un vértigo periférico, o del nervio craneal (que es el que lleva la información desde el oído al cerebro) o núcleos del cerebro (donde dicha información se procesa), lo cual constituye un vértigo central.
Entre las causas podemos destacar:
- Infecciones de oído medio e interno
- Los traumatismos en la cabeza
- Algunos virus
- Medicamentos
- Falta de riego sanguíneo
- Tumores del nervio acústico
- Desconocidas
Vértigos Periféricos
La neuronitis vestibular es un cuadro agudo e intenso acompañado de todo el contexto de vértigo con nauseas, vómitos en inestabilidad que empeora con los movimientos de cabeza o cambios de posición y que mejora al fijar la mirada en un lugar.
Pueden sentirse sonidos de pitos en el interior de la cabeza, sin que los haya en la realidad. Suele durar unos días y cede espontáneamente. Es normal que vuelva a aparecer en brotes y deja alteraciones residuales de inestabilidad en la marcha.
La laberintitis se produce al inflamarse el laberinto por causas infecciosas (virus o bacterias) se produce el vértigo, este se asocia a dolor de cabeza, fiebre u otros signos de infección. Se debe de tratar la causa infecciosa para que ceda el vértigo.
Las fístulas perilinfáticas suelen ser debidas a lesiones traumáticas (tos o estornudos) o hiperbáricas (buceo). Se presenta como un vértigo de posición y falta de audición que es variable, dura unos días y cede solo.
El vértigo posicional benigno es el más frecuente de los vértigos, son cuadros agudos de de segundos de duración en relación a cambios posturales. Aparece en cierto movimiento o posición durante unas semanas para ceder. Suele repetir el proceso durante años.
El Síndrome de Meniere son cuadros de vértigo de minutos u horas de duración que se asocian a acúfenos (sonidos del silencio), sensación de opresión en el oído y falta de audición.
Entre los ataques suele persistir una inestabilidad al andar, y como los cuadros son recurrentes suele ser incapacitante tanto por la falta de audición como por el aumento de esta inestabilidad que se hacen permanentes.
Vértigos Centrales
Los vértigos secundarios a afectaciones vasculares cerebrales, como en estos casos las lesiones son cerebrales, se asocian a alteraciones en el habla, lesiones de movimientos faciales, alteraciones de la visión y parálisis de extremidades.
Los vértigos secundarios a tumores cerebrales dan vértigo progresivo con síntomas nerviosos focales, cefalea, hipoacusia (disminución de la audición), lesiones de movimientos faciales, alteraciones de la visión, etc.
Hay vértigos secundarios a la toma de ciertos medicamentos (anti-convulsivantes, diazepinas, alcohol, etc.) Un cuadro de epilepsia de lóbulo temporal puede también producir vértigo.
Tratamiento
En la mayoría de los casos se utilizan medicamentos antihistamínicos, anticolinérgicos, y antieméticos. Cuando el cuadro es muy intenso se realizan tratamientos quirúrgicos, con drenaje de la linfa mediante incisiones en el laberinto y otras veces la sección de nervio auditivo y vestibular.
El oído interno, que contiene 3 pequeñas estructuras llenas de líquido llamadas canales semicirculares (conductos), se encuentra en lo profundo del interior de la cabeza. Cada conducto tiene una inflamación en el extremo, llamada ampolla, dentro de la cual están los diminutos receptores del “equilibrio” llamados cresta.